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Lo nuevo y lo viejo en el siglo XV

A pesar de toda esta variedad existía una civilización. Bajo las diversidades de los sistemas agrícolas, hubo similitud de fundamentos sociales. Casi por doquier la propiedad individual existía al lado de los derechos de la comunidad. En todas partes había sistemas de herencia y la propiedad se basaba en la familia monógama. Las mujeres vivían en estado de dependencia, aunque no en una sujeción tan completa como en las civilizaciones orientales. Los que cultivaban la tierra eran campesinos libres en unos lugares, y siervos en otros, mientras en otros aún siervos y hombres libres trabajaban juntos en la misma economía; pero la esclavitud pura y simple no prevalecía en grado considerable en ninguna parte. Casi por doquier, la división de clases en el campo se conformaba a algún ordenamiento feudal. Había distinciones de rango, señaladas más o menos claramente por títulos y formas de tratamiento trasmitidos más o menos estrictamente por herencia. Cuanto más alto era su rango, tanto mayores eran las oportunidades que un hombre tenía de adquirir riquezas y rodearse de servidores y posesiones; pero los grados de rango estaban vinculados a diferencias de función. La administración de la justicia y el trabajo consultivo y administrativo en el gobierno se hallaban, en gran parte, en manos de la capa superior, constituida por terratenientes con una tradición militar.

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