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El sistema de estados europeos

La casa real de Francia tenía pretensiones feudales a la herencia de Milán y de Ñapóles, y estas pretensiones no eran más fútiles que algunas de las que esgrimían constantemente reyes y señores para justificar sus agresiones. Había exilados que apremiaban al joven rey de Francia, Carlos VIII, a reclamar sus derechos y reformadores que alimentaban la esperanza de que abrazara su causa y depusiera al Papa reinante, Alejandro VI, el más desacreditado de todos los papas, el español Bor-gin. Carlos tenía un ejército de cerca de 30 000 hombres, el más fuerte de Europa. No era un ejército feudal. La infantería estaba formada por mercenarios extranjeros, en gran parte suizos, porque el servicio militar era la industria de exportación preferida de estos montañeses, y en la que destacaban. La caballería pesada, o gens-d'armes, estaba formada por los hijos más jóvenes de los terratenientes franceses, y era de primera clase. La artillería y los ingenieros eran los mejores del mundo. En 1494, Carlos entró con su ejército en Italia. Nadie podía detener su avance; al año siguiente, luego de arreglar a su gusto los asuntos de Milán y de Florencia había sido coronado rey de Ñapóles. Pero la lucha por la supremacía en Italia, que él inició, habría de durar hasta 1559 y durante todo ese periodo dorni-naría las relaciones internacionales de la Europa occidental.

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