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Las Reformas

Estos cambios de largo alcance se venían efectuando en la mayor parte de Europa, pero las circunstancias políticas de un país hicieron que condujeran a una revolución que transformó la totalidad de la vida política y espiritual del Continente. Este país fue Alemania. El idioma alemán era hablado por mayor número de personas que cualquier otro de Europa. La parte alemana del Sacro Imperio Romano estaba más poblada que Francia, pues poseía cerca de veinte millones de habitantes. Ni el imperio ni el idioma llegaron nunca a Coincidir en sus límites con un solo pueblo. Al este del Elba, los campesinos, cuya posición económica y social mostraba todavía que eran pueblos conquistados, habían hablado en otro tiempo lenguas eslavas, de las que sobrevivían algunas islas. Había también población alemana de terratenientes y comerciantes, y en algunas partes de campesinos, no sólo aquí, sino también más al este, más allá del Imperio, en los puertos del Báltico hasta Reval y en la región de Letonia que, como vimos, estaba gobernada por una orden militar alemana. Para la historia que vamos a considerar ahora, las distinciones raciales dentro de Alemania tienen poca importancia. Lo mismo puede decirse de la distinción entre la vieja civilización del oeste de Alemania, que retornaba continuamente al Imperio romano, y la civilización cristiana, más recientemente impuesta, de la región del este. Los elementos educados y responsables de Alemania eran lo suficientemente homogéneos para reaccionar de manera muy semejante en casos de emergencia política y eclesiástica, tanto si vivían en una región, como si pertenecían a la otra.

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