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El sistema de estados europeos
Publicado por
Nelson Andraden
La organización social del imperio turco era totalmente diferente de la de Europa y se prestaba para convertir las victorias militares en conquistas duraderas. No existían distinciones de rango o de clase legalmente reconocidas. Los propios turcos eran una minoría, pero no constituían una clase gobernante. Entre los funcionarios, que dependían totalmente del sultán, figuraban eslavos, griegos, albaneses, georgianos y algunos italianos. La Iglesia griega era tan dócil para con los sultanes como lo había sido con los emperadores bizantinos. Muchos cristianos conservaron sus tierras u obtuvieron cargos elevados al renegar de su fe, pero el resto fue desdeñosamente tolerado. Aunque no existía una industria, y el comercio de exportación de sedas de Siria y especias de Egipto estaba en manos de europeos, el Estado tenía los más grandes y regulares ingresos, y era el único de Europa que gozaba de un superávit constante. Los impuestos eran ligeros y disminuían a medida que creció el imperio, porque no se aumentaba proporcionalmente el ejército. El equipo militar era inferior al de Occidente, pero la artillería se importaba, y aunque fuese inferior en calidad, no era necesaria para conservar el orden interno, de modo que toda ella podía enviarse a las fronteras. Del mismo modo, la inferioridad técnica de las demás tropas, que se reclu-taban entre pueblos relativamente atrasados, era compensada por su número y organización. No eran mercenarios, como los del Oeste o los del antiguo Imperio de Oriente; eran conscriptos, recogidos gracias al "tributo de niños", principalmente de los territorios cristianos conquistados en Europa, especialmente de Servia y Albania. Estos jenízaros, que sumaban 8 000 hombres, tenían que ser célibes. Eran el único ejército permanente de la época, el único que permanecía en pie de guerra durante el invierno, de una campaña a la siguiente. En calidad, eran inferiores a la mejor infantería occidental, pero su paga era regular; sus listas estaban completas; jefes y soldados hablaban un solo idioma. Constituían el núcleo de un ejército en el que las mejores tropas eran las de la nutrida caballería ligera. Era este el periodo en que la infantería empezaba a ocupar el lugar de la caballería como arma decisiva; pero, por el momento, las tropas turcas de tierra, en conjunto, eran casi invencibles. En el mar no disfrutaban de tal ventaja. Tenían muchos barcos; pero mal construidos y con tripulaciones mal entrenadas.
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